La tragedia migratoria de El Hierro: emoción viral y efecto llamada a las puertas de Europa



"No es humanidad viral, es soberanía menguante"


Un análisis crítico del tratamiento mediático, emocional y político de la inmigración masiva en Canarias a raíz del hundimiento del cayuco en La Restinga

El pasado 28 de mayo de 2025, las costas españolas volvieron a convertirse en frontera sangrante de Europa. A escasos metros del puerto de La Restinga, en la isla canaria de El Hierro, un cayuco —una embarcación de pesca reconvertida en arca de desesperación— se volcó con más de un centenar de migrantes africanos a bordo.

El resultado: siete muertes confirmadas (tres niñas y cuatro mujeres), docenas de heridos, y una avalancha de contenido emocional que rápidamente fue explotado a través de redes sociales, campañas institucionales y plataformas mediáticas 



Un rescate en el límite: heroísmo, caos y cuerpos sin nombre

El cayuco tenía una longitud inusual: 23 metros, diseño estrecho, con doble fondo —una estructura peligrosa y claramente inestable para el mar Atlántico. Los testimonios de los agentes de la Policía Nacional movilizados ese día son sobrecogedores y fueron recofgidos por diferentes medios de comunicación y prensa escrita como ElDiario.es, ElPais e incluso la Radio televisión Canaria .

Una patera con más de 160 migrantes a bordo vuelca en el muelle de La Restinga, El Hierro / Derechos de autor y propiedad de la foto: RTVC.
Una patera con más de 160 migrantes a bordo vuelca en el muelle de La Restinga, El Hierro / Derechos de autor y propiedad de la foto: RTVC.

Entre todos los testimonios publicados destacan los de los agentes implicados.

"Todo fue muy rápido. No hubo tiempo para pensar. Nos lanzamos al agua sin saber cuántos podíamos rescatar", relata el agente Víctor.

La embarcación, saturada de personas, se partió. En segundos, docenas de cuerpos fueron expulsados al mar. La corriente arrastró ropa, gasolina, víveres, niños pequeños... El agua salada mezclada con combustible abrasaba la piel, especialmente de los menores.

La agente Sandra aún recuerda cómo sacaba cuerpos "tirando con fuerza sobrehumana" entre gritos desesperados de madres intentando salvar a sus hijos. Dentro del casco volcado, se formó una bolsa de aire. Allí varias personas lograron sobrevivir más de 30 minutos sumergidas, protegidas por poco más que instinto y milagro.

"Recuerdo sobre todo los chillidos de madres, las manos pequeñas que agarraban nuestras chaquetas… Nos dio miedo no llegar a tiempo", afirma el policía Daniel.



Reencuentro y viralización: cuando el gesto sustituye al debate.

Semanas después del incidente, dos supervivientes —Habib y Amara, ambos jóvenes guineanos— recibieron una visita inesperada en el centro de acogida gestionado por Accem en Tenerife.

Los cuatro agentes implicados en su rescate decidieron buscarles tras leer una de sus entrevistas: era una forma simbólica de "cerrar el círculo".

El reencuentro fue real, emotivo, sincero. Pero también fue fotografiado, grabado y convertido en producto emocional de consumo viral. 

"Solo queríamos transmitir alegría de haber podido salvar vidas. Pero sentimos dolor por quienes no lo lograron…", insistió Víctor con la voz entrecortada.

Habib, por su parte, no duda en agradecer:

"Les felicito y les agradezco. Nos estábamos ahogando. Solo Dios puede pagarles lo que hicieron".

Estas palabras, compartidas en medios y plataformas oficiales, fueron acompañadas de fotografías que mostraban lágrimas, abrazos y miradas limpias. El resultado: miles de compartidos, comentarios, y una sensación colectiva de consuelo moral.

Policías y supervivientes del cayuco que naufragó en El Hierro se encuentran para "cerrar el círculo" (Publicado en la red social X por sus protagonistas)
Policías y supervivientes del cayuco que naufragó en El Hierro se encuentran para "cerrar el círculo" (Publicado en la red social X por sus protagonistas)


Publicidad afectiva: ¿solidaridad emocional o efecto llamada?

Desde una perspectiva crítica, caben hacerse preguntas profundas sobre el verdadero rol de estas imágenes:

  • ¿Qué efecto tiene en los países de origen que los supervivientes reciban ayuda, vivienda, y visibilidad internacional?

  • ¿Actúa realmente como advertencia... o como incentivo?

La respuesta es clara: mientras las instituciones transforman tragedias humanas en relatos de salvación, el testimonio que llega al otro lado del estrecho solo confirma que, pese al riesgo, vale la pena intentarlo.

Las imágenes no advierten: glorifican. Las cifras no disuaden: se difuminan entre abrazos y titulares.

Con este marco visual, las redes mafiosas que trafican con vidas ven reforzado su relato:

  • Sí se llega.

  • Sí se sobrevive.

  • Y sí se es cuidado.

El Estado español aparece solo en su faceta asistencial, no como ente soberano. Y la emoción sustituye a la política.

Las ONGs y el modelo asistencial como parche estructural

La ONG Accem, gestora del centro de acogida de Las Raíces, remarcaba en los días posteriores la "comodidad" y buena atención recibidas. Habib y Amara —como otros tantos migrantes— reconocen sentirse "tranquilos, cómodos y agradecidos".

Pero esa humanización, sin control de flujos, sin fronteras y sin estrategia, contribuye sin querer a alimentar un ciclo insostenible de entradas irregulares, amparadas en el blindaje emotivo que ofrecen las ONGs en connivencia con el discurso oficial progresista.

El Estado y sus agentes: atrapados entre el estrés y la impotencia.

Meses después, los agentes de El Hierro siguen con ansiedad e insomnio ante la llegada de nuevos cayucos. Ya no es solo trabajo: temen que el drama se repita.

Han cambiado protocolos, realizan simulacros, hablan entre ellos... pero la constante es la misma: no hay reducción real de llegadas, ni imputación sistemática de mafias.

"Fue un cayuco distinto, demasiado largo y estrecho. Era inestable desde el inicio", detalla Sandra sobre la embarcación del 28 de mayo.
"Queremos volver a ver a Habib algún día y saber que le va bien. Pero esto no puede seguir así…",concluye Víctor.

 La soberanía de fronteras no se construye con abrazos y efecto llamada.

El caso del cayuco de La Restinga debe conmovernos. Pero también debe alertarnos sobre el marco narrativo en que estamos cayendo como país:

  •  Socorro legítimo → Sí.

  • Glorificación emocional sistemática → No.

  • Estrategia nacional de defensa fronteriza → Urgente.

  • Desarticulación firme de redes mafiosas → Imprescindible.

La compasión individual no puede seguir sustituyendo a la responsabilidad estatal. España necesita reconquistar su capacidad de mando, su protección territorial y su narrativa.

Salvar vidas es un deber. Normalizar la llegada incontrolada de personas , un fracaso.