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Todo lo que necesitas saber para entender la batalla y asedio de Badajoz de 1936
Este artículo ofrece el contexto imprescindible para entender la complejidad, la dureza y el rigor táctico de la batalla y asedio de Badajoz, integrando logística operativa, composición de fuerzas, desarrollo del asalto, efectos estratégicos y las principales controversias historiográficas.
Un capítulo decisivo en la Guerra Civil española
En agosto de 1936, Badajoz se convirtió en escenario de una contienda clave y controvertida de la Guerra Civil española. Su asalto y toma por fuerzas del bando nacional marcaron un punto de inflexión estratégico: aseguraron el corredor suroeste y facilitaron la conexión terrestre entre el Ejército de África y las fuerzas del norte, convirtiendo el mapa en continuidad logística y mando efectivo.
Datos clave del conflicto en síntesis
Fecha: 14 Agosto de 1936.
Lugar: Badajoz (fortaleza abaluartada).
Mando nacional: Coronel Juan Yagüe.
Atacantes: Ejército de África (Legión, Regulares); artillería 75/105mm; apoyo de autos/blindados y aviación puntual.
Defensores: milicias, tropas regulares, carabineros; ametralladoras, morteros, posiciones elevadas.
Bajas: estimaciones dispares; consenso en varios miles (combate y ejecuciones posteriores ), con fuerte controversia metodológica.
Objetivo estratégico: cerrar el corredor suroeste y unificar el teatro operacional.
Resultado: victoria nacional; corredor asegurado; reconfiguración del frente occidental.
La plaza-fortaleza: geografía que dicta táctica
Badajoz no era una ciudad cualquiera. Su trazado abaluartado de los siglos XVII–XVIII, con murallas, fosos, baluartes y puertas fortificadas —Trinidad, Palmas, Carros—, además de la alcazaba dominante, la hacían una posición defensiva de primer orden. Controlarla significaba coser el territorio y estabilizar el flanco fronterizo con Portugal. Como resumía el enfoque operativo del mando nacional: no se trataba solo de tomar una ciudad, sino de cerrar la "columna vertebral" que sostuviera la estrategia general.
Fuerzas en presencia y doctrina de empleo
Atacantes: columnas del Ejército de África con la Legión Española y Regulares de Marruecos, tropas veteranas y disciplinadas curtidas en guerra de posiciones y asaltos en el Rif. Armamento estándar y de choque: Mauser 1893 (7×57mm), ametralladoras Hotchkiss M1914, subfusiles MP28 y Bergmann en grupos de asalto; apoyo de artillería de campaña de 75 y 105mm y empleo puntual de autos/blindados cuando la situación lo exigió.
Defensores: guarnición republicana heterogénea (tropas regulares, carabineros, milicias), con ametralladoras en altura, morteros y conocimiento del terreno fortificado. La caída de Mérida aisló la plaza, reduciendo su resiliencia logística y su capacidad de recomponer líneas bajo presión.
Logística del asalto: cómo se preparó y sostuvo la Puerta de la Trinidad
El éxito en Trinidad respondió a una secuencia logística y táctica encadenada:
Aislamiento previo de la plaza tras Mérida: redujo la capacidad de socorro y reabastecimiento republicano.
Concentración de medios en el punto decisivo: columnas (Asensio/Castejón) con Banderas de la Legión, Tabores y baterías 75/105mm asignaron Trinidad como "punto de ruptura", manteniendo accesos alternativos por zonas menos muradas (entorno de Menacho) y presión hacia la alcazaba (Puerta de Carros).
Preparación artillera metódica: batido sostenido de la cortina de Trinidad hasta fragilizar la fábrica y abrir brecha, con tránsito graduado de fuego indirecto a tiro tenso contra troneras que seguían activas.
Ventanas de fuego y transición interarmas: observadores ajustaron ritmo y correcciones para permitir el salto de la infantería, fijar Hotchkiss en la boca de la brecha y cortar contraataques.
Infantería de choque y apoyo automático: entrada escalonada con Mauser 7×57, granadas de piña, subfusiles MP28/Bergmann, y ametralladoras estabilizadas en el embudo para "dar fuego propio" a la brecha.
Empleo de blindados/autos blindados en el umbral: su intervención ayudó a franquear el fuego enfilado inicial en la puerta, a costa de bajas severas (la 16.ª compañía de la IV Bandera quedó prácticamente deshecha en el primer envite).
Reabastecimiento en contacto: suministro continuado de 7×57 y granadas en la cabeza de ruptura; relevos por secciones para sostener el empuje sin perder cohesión.
Maniobra convergente: penetraciones por Menacho y presión simultánea hacia la alcazaba para partir la defensa en bolsas e impedir la concentración de reservas sobre un solo punto.
Apoyo aéreo puntual y fuegos desde posiciones ganadas: degradación de nidos y depósitos interiores cuando fue posible, complementando la acción artillera.
La jornada del asalto: técnica y ferocidad a partes iguales
El 14 de agosto de 1936, el bombardeo de 75 y 105mm sobre la cortina de la Puerta de la Trinidad inauguró la jornada con precisión de taller. La muralla cedió tras horas de fuego medido, abriendo "la brecha". Dentro de la ciudad, la gramática cambió: técnica de esquina, granadas con retardo justo, ráfagas cortas y avance por saltos; ametralladoras fijadas como bisagras tácticas; dinamita para puertas entableradas; y, hacia la alcazaba, presión desde Puerta de Carros para forzar la división del dispositivo defensor. Un parte manuscrito sintetizaba el pulso logístico: "Punto Uno consolidado; solicitar munición; resistencia decreciente."
Consecuencias operativas y efecto estratégico
La caída de Badajoz aseguró el corredor sur.Al mediodía, la brecha funcionaba como embudo con fuego propio y flancos asegurados; por la tarde, la resistencia organizada se deshilachó en bolsas. La caída de Badajoz aseguró el corredor suroeste, estabilizó la retaguardia, permitió un flujo logístico continuo entre sur y norte y elevó la moral operativa. A nivel de teatro, facilitó operaciones ulteriores y obligó a la República a rearticular su defensa en Extremadura y áreas adyacentes.
Lealtades, deserciones y cohesión defensiva
La presencia de desertores dentro de la Guardia Civil y de "pasados de bando" en la guarnición incidió en la caída de la alcazaba y en el eje de Carros al fracturar la cadena de mando y la coordinación interior. Las fuentes coinciden en el fenómeno, pero divergen o son silenciosas en la cuantificación puntual: no hay cifras verificables y desagregadas de cuántos lo hicieron específicamente en la alcazaba. El efecto táctico fue real —menor resiliencia y capacidad de contraorden—, aunque su magnitud numérica exacta es incierta.
la Guardia Civil en la plaza sufrió fracturas (sublevación fallida 6–7 de agosto y deserciones posteriores), lo que erosionó la cadena de mando y la coordinación interna, especialmente en sectores sensibles como el eje de Puerta de Carros y la propia alcazaba. Diversas crónicas señalan pases "numerosos" al bando contrario durante el combate urbano, pero no existe una cifra fiable desagregada de desertores específicamente en la alcazaba; el efecto agregado fue debilitar la defensa y acelerar el colapso de bolsas interiores de resistencia como así muestran las numerosas fuentes consultadas.
"cincuenta guardias civiles de los pueblos de la provincia que habían sido trasladados a la capital, hizo que el mismo teniente de Asalto Fernando Acosta lograra entrar en el Cuartel diversas armas y dos ametralladoras, iniciándose la sublevación de dichas fuerzas." [Revista de Estudios Extremeños, 2021, Tomo LXXVII, Número Extraordinario, "Alférez Diego Rodríguez Repiso, héroe olvidado", marcada como 198 en el pie de página]
"El 6 de agosto se sublevaba la Guardia Civil de Badajoz…" (mención repetida en el programa de "Jornadas de Historia Militar de Extremadura", REEx Extraordinario 2020) [pp.9–10 del PDF].
Debate historiográfico integrado: "leyenda negra" y verificación
Badajoz arrastra relatos extremos sobre ejecuciones sumarias y cifras de víctimas. Quienes califican de falaz el recuento victimario señalan:
Guerra de propaganda en 1936 que incentivó exageraciones y relatos no verificables.
Dependencia de crónicas icónicas con difícil cotejo nominal/administrativo.
Cifras de víctimas muy dispares (variaciones por miles) según método y fuente.
Mezcla de fases (combate, rendiciones, ejecuciones) presentadas como un único episodio continuo.
Incompletitud documental y reutilización política posterior del caso.
Mapa
En rosa : Posicionamiento de defensores republicanos.
En verde :Agrupación Asensio con IV Bandera de la Legión Española y I Tabor de los Regulares de Tetuán .
En Amarillo : Ejes de avance : Agrupación Castejón con V Bandera de la Legión Española, II Tabor de Ceuta .
Focos de resistencia republicanos marcados con puntos rosados así como los emplazamientos aproximados de puestos de ametralladoras defensores..
NB : Una lectura rigurosa distingue la victoria estratégica (corredor asegurado) del ajusticiamiento posterior, y exige estándares de verificación para estimar víctimas y secuencias, evitando el "todo o nada": dudar de cifras extremas no equivale a negar violencia ni ejecuciones posteriores; reconocer el contexto propagandístico no invalida la evidencia de una cifra de fallecidos por ejecuciones posteriores a esta contienda.
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