Carta a la Juventud
Convocatoria a la vanguardia joven europea para la defensa nacionalista
Jóvenes de la nación eterna, camaradas de la lucha incansable, escuchad esta voz ancestral que convoca a despertar y alzarse contra las cadenas invisibles que os quieren esclavizar. No os dejéis engañar por falsos profetas ni por ideologías que venden mediocridad y sumisión. La juventud europea debe levantarse con firmeza, con orgullo y con la determinación de reclamar el destino glorioso que os(nos) pertenece por derecho.
¡Jóvenes de la nación eterna, camaradas de la lucha inexorable, escuchad la voz que resuena desde las profundidades de la historia, la que forjó imperios con sangre y acero, la que no tolera debilidades ni engaños! Vosotros, la vanguardia juvenil de Europa no os dejéis seducir por estos falsos profetas que salen en todos los medios, ídolos de barro que se disfrazan de salvadores mientras venden ilusiones burguesas o revoluciones de pacotilla. Mirad bien a quien seguís. Muchos de vosotros estáis siendo arrastrados hacia el fondo con los cantos de sirena de estos dos partidos que os llevan de vuelta a sus urnas, hablemos hoy de Vox y este Frente Obrero que se creen líderes obreros, y ved cómo sus programas electorales no son más que trampas para atrapar vuestra energía juvenil en redes de mediocridad. ¡No caigáis en ellas! Alzad la vista hacia un horizonte de grandeza total, donde el Estado, donde la nación se expanda como un imperio invencible, no estos remedios timoratos que prometen cambios sin el coraje de las acciones necesarias.
Comencemos por Vox, ese partido que se pavonea con banderas nacionales pero se arrastra por los pasillos de una democracia liberal. Su programa, ese catálogo de 100 medidas de "sentido común", habla de deportar inmigrantes ilegales, endurecer penas contra mafias criminales y suspender temporalmente Schengen para frenar la "invasión multicultural" — ideas que suenan a defensa de fronteras, sí. Pero ¿dónde está el arrojo de cerrarlas con ejércitos, de expandir el territorio nacional hacia un nuevo Mediterráneo, conquistando espacios vitales en África en lugar de mendigar soberanía en Ceuta y Melilla? Prometen reducir impuestos a las empresas globalistas, eliminan el de patrimonio y sucesiones como si la única manera de medrar de la juventud española fuera la de enterrar a un ser querido y no con el fruto de su trabajo y esfuerzo, y promueven un "cheque escolar" que entrega la educación al capricho del mercado, como si el Estado debiera someterse al capital en vez de aplastarlo bajo un sistema corporativo donde obreros y patronos sirvan a la nación unida. Defienden la tauromaquia, la caza y la pesca como las únicas tradiciones viriles, sin enseñaros a defenderos y conocer desde el respeto a la naturaleza que impregna cada esquina de esta Nación y lo hacen dentro de un sistema electoral, aceptando autonomías que dividen la patria, sin disolverlas por decreto, sin una disciplina o jerarquía que movilice juventudes en escuadras desde el interior de cada barrio. Jóvenes, no os engañéis: esto no es revolución; es conservadurismo burgués que critica la UE pero no osa destruirla porque se llena los bolsillos con ella, que promete unidad contra separatistas catalanes y vascos pero respeta la Constitución de 1978 en lugar de barrerla con marchas sobre Madrid. ¡Rechazad esta parodia que os deja en la mediocridad democrática, sin el imperio que vuestra sangre merece! Es el viejo liberalismo de siempre disfrazado de patriotismo, el mismo donde el fuerte aplasta al débil y la Patria se convierte en coto privado de los banqueros y los especuladores que ahora se han apropiado también de nuestra bandera.
Y ahora, volvamos la mirada a este Frente Obrero, ese supuesto movimiento "patriota y revolucionario" liderado por un sharpero que mezcla retórica obrera con nacionalismo, pretendiendo ser la voz de los trabajadores mientras rechaza la dicotomía izquierda-derecha como si eso lo hiciera original, como si eso le diera lugar en nuestras filas o borrara su pasado escupiendo nuestros ideales por las calles de Madrid. Su programa clama por defender fronteras contra la "islamización" y el "efecto llamada" de ONGs y mafias. ONGs y mafias que hasta antes de ayer defendían en virtud del antiracismo mientras que ahora lanza discursos acalorados entre anuncio y anuncio publicitario, proponiendo deportaciones masivas y coordinación internacional para expulsar inmigrantes con "mínimo gasto" para tu bolsillo. Mezclan comunismo con banderas nacionales, critican el capitalismo pero no erigen ni exigen un Estado corporativo que funda obreros y capital en una voluntad única, bajo un mando que mire únicamente por los intereses de vuestros futuros hijos. Porque el futuro es solo vuestro no os podéis dejar engañar por este sincrético batiburrillo que carece del coraje nacionalista para imponer un orden nacional y social ¡Esto es una farsa revolucionaria, un populismo de izquierdas disfrazado que os deja en la estafa de la "democracia representativa" que ellos falsamente critican sin atreverse a dejarla atrás, sin tener arrojo para encabezar el movimiento definitivo que instaure el orden perdido.
No, camaradas, este programa no es el nuestro. Es una caricatura conservadora, un pacto con el capital que traiciona el espíritu identitario y nacional. No os desgastéis para defender sus privilegios, sino luchad sin miedo para una España eterna, justa y unida contra divisiones de clase y doctrinas extranjeras.
Ambos partidos usan la desgracia que los de siempre arrojan sobre nuestras naciones para desactivar vuestro sentido de lucha, para evitar que os organicéis y peleéis contra el sistema que os quiere aplastar, porque ninguno osa encabezar la marcha inexorable que barra con parlamentos y erija un Estado total, corporativo e invencible. ¡Alzaos también contra ellos! Formad grupos juveniles, conectad unos grupos con otros para mover a las masas con vuestra fe inquebrantable, conquistad el futuro no con votos, sino con acciones. La nación os llama a un nuevo orden, en donde España, Italia y Grecia se fundan en un eje mediterráneo de poder eterno marchando con la juventud al frente, con un orgullo nacional combativo que no tolera engaños.